viernes, 16 de mayo de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
Me hallo de vuelta a este blog con la publicación de un nuevo fragmento de mi relato El Patrón, donde se hace mucho hincapié en el pasado familiar de sir Kyle Saint Leger.
En este fragmento, además, veremos cómo continúan los recuerdos familiares de sir Kyle y ahondaremos en la relación amorosa que mantiene su hermana Kate con Charles Burton-Jones.

                             Sir Kyle se sentó a revisar unos documentos. El escritorio de su despacho siempre estaba abarrotado de papeles. Nadie le avisó de que mantener un rancho podía ser tan costoso, pero él rara vez había hecho caso al valor del dinero.
                              Había cometido demasiados pecados en el pasado. De pronto, lo asaltó el recuerdo de la visita que hizo junto con toda su familia a la casa de los Burton-Jones. Malcolm acudió a pedir de manera formal la mano de Holly. En aquel momento, sir Kyle pudo observar más de cerca al hermano menor de la joven, Charles.
                             Por diferencia de edad, Kyle y Malcolm no se habían relacionado mucho con Charles. Además, el carácter del joven distaba mucho del carácter de los hermanos Saint Leger. Era muy protector con Holly. Estaban muy unidos. Al saber que Malcolm había acudido a pedir la mano de Holly, le dio un abrazo a su hermana.
-En el fondo, es un buen hombre-le aseguró ella.
                            Charles le dio un beso en la frente.
                            Malcolm no le prestó mucha atención al joven. Toda su atención estaba fija en Holly y en el futuro que les esperaba a ambos una vez casados. Sin embargo, Kyle sí se fijó en Charles y lo que vio no le gustó mucho.
-Es demasiado joven-le comentó en susurros a Malcom-No me gusta. No me gusta que esté tan cerca de Kate.
                        Malcolm miró a Charles. Estaba de pie junto a la repisa. En cambio, Kate permanecía sentada en una silla, al lado de su madre. Los dos se estaban ignorando. No percibía atracción alguna entre ellos.
                        Kyle había pasado mucho tiempo fuera de casa. No había albergado deseo alguno de volver. Pero Kate había crecido. Debía de celebrarse su puesta de largo. Por suerte, su hermana había decidido no viajar a Londres. Se fijó mucho en Charles. Aquel joven poseía un carácter tranquilo. ¿Por qué sentía tanto miedo? Kyle no lo entendía.
                        Por supuesto, sabía que Charles era todo un caballero y que respetaba a las mujeres por encima de todo.
-Holly...-atacó Malcolm-Sé que las circunstancias no han sido las mejores. Pero es mi deseo más sincero convertirte en mi esposa. Deseo casarme contigo. Dime si tú querrías casarte conmigo.
-Por supuesto que quiero casarme contigo-le aseguró Holly.
                      Tanto Kate como Charles trataban de disimular sus sentimientos.
                      Las facciones de Charles eran agradables, pero también eran atractivas. Su cuerpo era esbelto y atlético. Le gustaba mucho montar a caballo. Una afición que compartía con Kate. Al saludarla, había depositado un beso suave en su mano.
-La boda se celebrará lo más pronto posible-anunció el señor Burton-Jones.
                    Kate trató de centrarse en la conversación que estaba teniendo lugar, pero no podía evitar pensar que Charles estaba más apuesto que nunca.
-¡Vamos a ser hermanas, Holly!-trinó Kate, dirigiéndose a su futura cuñada-¿No estás contenta?
                    Kyle se estaba empezando a aburrir. Echaba de menos Londres y a todas aquellas mujeres que estaban dispuestas a todo con tal de pasar por su cama. Pero tenía demasiadas amantes en su haber y demasiados escándalos en sus espaldas.
                     Todavía era un hombre joven. Sin embargo, había pasado dos años viajando por Europa al acabar sus estudios en Eton. Viajó por Francia y por Italia. En aquellos dos países, protagonizó sonados escándalos y tuvo que abandonarlos en mitad de la noche casi a escondidas.
                      Kyle tenía su propio palco en el teatro. Las mejores mesas de los mejores restaurantes estaban siempre disponibles para él. Era socio del Pall Mall, uno de los clubs más selectos de Londres. Y asistía a las fiestas que se celebraban en Almacks.
-¡Por supuesto que estoy contenta!-afirmó Holly, con alegría.
                       Finalmente, los Saint Leger tuvieron que irse. Kate se acercó a Holly y le dio un beso en la mejilla.
-Tengo que enseñarle a Kate mi ajuar de bodas-anunció Holly.
                      Las dos salieron del salón. Pero nadie se dio cuenta de que Charles iba tras ella. Subieron a la habitación de Holly. En aquel momento, la joven le dijo a Kate que iba un momento a su habitación.
-He de buscar el pañuelo que terminé de bordar anoche-le dijo-Quédate con Charles.
-Pero...-balbuceó Kate, atónita.
-Confía en mí.
                         Kate se dio cuenta de que Charles estaba con ella en el pasillo.
                         Holly se metio en su habitación y cerró la puerta.
                         Entonces, Kate comprendió que Holly estaba al tanto de su romance secreto con Charles. Y que iba a ayudarles en la medida de lo posible.
-Mi hermana lo sabe-le contó Charles a Kate-Y se alegra por nosotros.
                        Kate llenó de besos el rostro de Charles.
                        Sabían que disponían de poco tiempo para estar juntos.
                        Sin embargo, iban a aprovechar aquel tiempo.
                        El amor había llegado por primera vez a la vida de Kate. Sentía cómo en su interior bullía la rebeldía contra una vida encerrada entre las paredes de la casa solariega de su familia.
                         Charles había llegado a su vida como una ráfaga de aire fresco. No pensaba dejarle escapar nunca.
                          Antes de despedirse, Charles y Kate se fundieron en un beso largo y denso. Acabaron abrazados estrechamente.
-No puedo hacer esperar a mis padres y a mis hermanos por más tiempo-se lamentó Kate-No tardarán mucho en empezar a llamarme. Y podrían subir arriba.
-Le diré a Holly que te tienes que ir-se lamentó también Charles-Aunque se me parta el corazón por ello.
-Pero no pasará mucho tiempo hasta que nos veamos de nuevo.
                       Charles depositó un beso en la punta de la nariz de Kate. Cogió sus manos y se las llevó a los labios. Ella le sonreía con dulzura. Moriría sólo por ver aquella adorable sonrisa dibujada en su rostro.

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