lunes, 29 de diciembre de 2014

GILLIAN

Hola a todos.
Hoy, después de estar mucho tiempo sin dar señales de vida en este blog, reaparezco para presentaros a un personaje de mi novela Me olvidé de olvidarte. 
Se trata de Gillian, posiblemente, la mujer que Jane (esposa de Tyler O' Hara), más odia en el mundo.
Gillian es una mujer que trabaja como costurera para una conocida modista londinense. En ese aspecto, tiene suerte. Sus compañeras son buenas amigas y su dueña es comprensiva. Sin embargo, la vida de Gillian no ha sido nada fácil. Su madre era una antigua prostituta que luchó con ahínco para impedir que Gillian acabara como ella y lo consiguió. Con más de treinta años, Gillian todavía vive con ella. Su amante Joshua falleció en la cárcel tiempo atrás y su marido Benjamin también ha muerto. No tiene hijos y su madre desea que vuelva a casarse y que la haga abuela.
Gillian es una mujer de carácter tranquilo y sereno. Se podría decir que se ha resignado a la vida que lleva. No quiere más complicaciones de las que ya tuvo durante su romance con Joshua y su matrimonio con Benjamin, ambos muy amigos de las actividades delictivas. Lo único que quiere Gillian es vivir en paz, trabajar de manera honrada y evitar los líos Es una mujer honrada y trabajadora de carácter amable, aunque serio.
Si Gillian se gana el odio de Jane es porque el hombre con el que la madre de Gillian desea verla casada es con Robert, que es el hombre del que Jane está realmente enamorada.
He imaginado a Gillian con el rostro de Jodie Foster en su interpretación de Anna Leonowens en Anna y el Rey. 
Hay una expresión serena en el rostro de este personajes, pero también veo determinación, como en el personaje de Gillian.
¿Qué os parece?

 

domingo, 7 de diciembre de 2014

UNA MUJER RECUERDA

Hola a todos.
Después de algún tiempo sin dar señales de vida en este blog, se me ha ocurrido colgar aquí colgar un cuento que escribí hace algún tiempo.
Este cuento expone uno de los finales que quería poner a esta saga, a pesar de que la estaba escribiendo. Sin embargo, decidí prescindir de este final porque no me pareció del todo creíble (aunque, luego, podría retomarlo, ¡quién sabe!).
No obstante, lo he convertido en un relato corto que me gustaría compartir con vosotros.
Se titula Una mujer recuerda. 
Deseo de corazón que os guste.

UNA MUJER RECUERDA

  
          
                   Está acabando un siglo. El siglo XIX...
                   Es ya un poco tarde. Debería de estar cenando en el refectorio. Pero no tengo hambre. Prefiero quedarme aquí. Y reflexionar un poco sobre ciertas cosas.
            Miro con algo de desconfianza mi pluma estilográfica. Es un regalo de mi sobrino. Me la envió desde mi pueblo natal, Streetman. En el Estado de Texas…No me acostumbro a usarla.
            Mi sobrino no para de hablarme en sus cartas de los nuevos inventos.
            ¡Incluso habla de una máquina de escribir!
            Soy muy vieja. No podría ver esas cosas que se llaman teclados.
            Agito la pluma. Parece un termómetro. A veces, me cuesta trabajo manejarla. No escribe. Y mi mano tiembla con tanta violencia que podría acabar manchada de tinta. Empiezo a escribir. ¿Sobre qué escribo? ¿Por qué quiero escribir? Sólo sé que no quiero que nada se me borre de la mente. Ni quiero que me borren de la faz de La Tierra. Nunca he hecho algo por lo que se me recuerde. Sólo soy una persona anónima.
            No debería de buscar la aprobación de los demás. El capellán del convento dice que eso es pecado. No debo de ser vanidosa. Pero el demonio me tienta de nuevo. Y me dejo llevar.
            Me he pasado la vida dejándome llevar por todos.
            Tengo un papel delante de mí. Ya puedo plasmar lo que quiera en él. ¿Y qué es lo que quiero contar?
            No me atrevo a contarlo todo. Empezaré poco a poco. Así, es más fácil llegar hasta el final. Aunque se tarde mucho. No importa. Quiero pensar que aún me quedan unos años más de vida.
            No puedo pedirle a Dios más de lo que Él me ha dado. Y me ha dado muchas cosas buenas dentro de todas las desgracias que se han cebado sobre mí.
            Soy una mujer vieja. Hace muchos años que llegué a este convento. Repaso las cartas que he recibido. Me doy cuenta de que no queda nada de la joven que llegó aquí con el corazón destrozado. Fuera, la ciudad rezuma vida. Dentro, no siento ya ganas de morirme. Hace mucho que morí. Llegué al convento con el corazón roto. Y con el cuerpo enfermo. Y destrozado.
            Aún estoy enamorada de Jack. Pero…Él ya no está. Se fue. Está muerto.
            Muerto…
            Igual que mis sueños de adolescente. Igual que yo. Pero aquí estoy. Sigo viva.
            Quiero pensar que algún día volveré a verle. Estaremos de nuevo juntos. Le besaré de nuevo. Y él me besará.
            ¿Cuántos años han pasado desde mi llegada al convento?
            Casi no me acuerdo. Creo que han pasado unos cuarenta años. Cuarenta años en los que he envejecido. Pero pienso que ya llegué vieja aquí. Cuarenta años…
            Cuarenta años sin abrazar a Jack.
            Cometí un terrible pecado. Y mi pecado fue enamorarme de un hombre que ya tenía dueña. Porque Jack estaba casado.
            Leo las cartas que recibo. Se me cansa la vista.
            He de usar gafas para leer. Las monjas más jóvenes hablan del nuevo siglo que está a punto de empezar. El siglo XX…Todas desean que sea mucho mejor que el siglo que está llegando a su fin. Me encierro en mi celda. No sé porqué hoy me ha dado ganas de escribir. ¿Sobre qué quiero escribir? Quiero escribir sobre mi vida. Pero también quiero escribir sobre la vida de mi familia. Sobre todo lo que nos ha pasado.
            Recibo de manera periódica cartas de mis hermanos. Son felices. Quiero pensar que son felices. Me alegro por ellos. Sé que uno de ellos, al menos, está al lado de la mujer que ama. De ella…No olvido la relación que me une tanto a Freddie como a Estelle. Están juntos. Tienen hijos. Y también tienen nietos.
            Yo no tengo ninguna de esas cosas. Ni nietos. Ni hijos.
            Pero he estado casada, aunque no sé dónde estará mi marido.
            No me importa haberle perdido la pista. No voy a negar que echo de menos a Jack, porque él fue mi primer y único amor. Pero…Sé cuál es mi deber como mujer. Y sé que jamás habría podido ser una buena esposa para Greg. Nuestro matrimonio fue deteriorándose con el paso de los años. ¿Años? Fue menos. Pero se me hicieron eternos. Insultos…Golpes…Infidelidades…Y no tendría que quejarme. Estelle es afortunada. Freddie la adora. Y, además, no viven en Dublín. Viven lejos. Cuando Freddie se marchó, se llevó consigo a su mujer.
            Están en casa.
            Repaso lo que acabo de escribir. Mi verdadero nombre es Dulce Olivia Sybil O’ Hara. Me cambié de nombre hace muchos años. Hace cuarenta y cinco años. Me siento vieja. Y también me siento cansada. Soy una mujer vieja. No puedo mirarme en un espejo.
            De hacerlo, vería muchas cosas.
            Las arrugas surcan mi rostro. Mi pelo se ha teñido de canas.
            Mis pasos son ágiles. O intentan ser ágiles. Pero me duele mucho la espalda. Y me canso cuando voy caminando por los corredores. Me duele, incluso, la mano cuando escribo. No le haré caso a los dolores. Voy a escribir.
            Pero Olivia no está muerta, deseo pensar. Una parte de ella todavía vive. Leo lo que he escrito. Antes, llevaba un diario. Todos llevaban un diario. Creo que toda la gente que conozco escribe un diario. Estelle…Freddie…Mi tía…Mi madre… Mi abuela…Alguna amiga…Alguna vecina…No conocí a mi abuela. Pero me han hablado de ella. De mi abuela…De mi bisabuela…De mi tatarabuela…
            En mi diario aparezco tal y como soy. Como siempre he sido. Nunca he querido cambiar. Ni puedo cambiar. O cómo era. Olivia vive. Soy consciente de ello. Olivia vive. Está viva. Viva…En esta celda…
            ¿Por dónde puedo empezar?
            Debo de empezar por el principio. ¿Y cuál es el principio? No tengo ni idea. Las historias de nuestros antepasados forman parte de nosotros.
            Una decisión simple puede cambiar tu vida. Y la vida de tus descendientes. ¿Cuándo empezó a moldearse mi vida? ¿Cuándo surgió la verdadera personalidad de Olivia O’ Hara? ¿Fue cuando murió mi madre? ¿O fue mucho antes? Antes, incluso, de nacer. Incluso…Antes de nacer mi madre.
            Ahora, no está la hermana Dulce Nombre de María. Ése es mi nombre en el convento. Ahora, Olivia está aquí. Se dedica a escribir lo que le pasa. Lo que piensa. Lo que siente. Me arranco el corazón y lo pongo encima del escritorio. Tengo que ser sincera conmigo misma. Con todos…
            Se me nublan los ojos. No es por las cataratas, como dice el médico.
            Es por las lágrimas. Olivia ha sufrido mucho. Ha llorado mucho. Un día, se le secaron las lágrimas. Dejó de llorar. No…Dejé de llorar. No podía llorar.
            Trago saliva. Suspiro. No vale la pena, me digo. No llores. Porque llorar es de débiles. Y tú siempre has sido fuerte. No llores, Olivia.
            Hace años que no lloro. No puedo. No puedo llorar.
            Ni quiero llorar. No quiero que nadie piense lo que no soy. Lloré todas las veces que Jack me besó. Pero lo hice por miedo. Por miedo a pecar. Porque me había enamorado de un hombre casado. Y, que Dios me perdone, aún lo amo. No he vuelto a ver a Jack desde que me marché. Pero él ha seguido pensando en mí. En todos los besos que compartimos. En todo el amor que nos tuvimos. Me odio a mí misma. Pequé con Jack. Y sé que volvería a hacerlo de tener ocasión.
            ¿Por qué no dejo el convento?
            Aún estoy a tiempo.
            Está claro que no tengo vocación. Nunca la he tenido. Ingresé en la orden por desesperación. Me quería morir. Había intentado quitarme la vida. No lo había conseguido. Tenía miedo de mí misma. De lo que podía hacerme a mí misma.
            Por eso mismo, fui al convento. Estaba desesperada. Necesitaba ayuda.
            Y la encontré. La Madre Superiora siempre ha sido muy buena conmigo. Ha sido como una madre para mí. Me ha cuidado. Me ha aconsejado. Me ha orientado. Yo tenía catorce años cuando murió mi madre. Y estuve demasiado apegada a mi padre. Pese a que éste no paraba de decepcionarme. Como decepcionó a mi madre.
            Porque necesitaba protegerme de mí misma. Porque estaba asustada. Porque… Deseaba morirme. Ahora, me siento segura.
            Por mi cabeza pasan imágenes. Son imágenes de mi pasado. De todo lo que he visto. Imágenes de la gente que quiero. Que ahora son felices.
            Es el pasado. Aparece ante mí. Intento evitar esas imágenes. Pero no lo consigo. Veo a Estelle y a Freddie. Les veo paseando por el jardín del convento. Les oigo hablar. Van cogidos de la mano. Vuelven a ser jóvenes. Y los recuerdo así. Jóvenes…
            Te amo. Te necesito. Te deseo. Te anhelo. Quédate conmigo. Quédate siempre conmigo.
            Están desnudos. Veo a Freddie con la cabeza apoyada en los pechos de Estelle. Ella le habla. Le acuna. Le besa. Llena de besos el rostro de Freddie. Le acaricia el pelo. Freddie le chupa los pechos.
            El mundo que conozco ha cambiado. No puedo verlo. Pero me han hablado de cosas que me asustan.
            Por ejemplo, existen unos aparatos que permiten hablar con una persona en la distancia aunque tú no la veas. Y hay unos chismes con motor que funcionan y que hacen las veces de carruaje. ¡Eso es ridículo!, pienso. Las novicias dicen que es verdad. Nunca lo he visto.
            Nadie viene a verme. Pero sí vienen de visita los familiares de otras monjas. Sé más o menos cómo funciona el mundo. He hablado con ellos. Les hago preguntas.
            Y ellos me hablan. Me cuentan cosas en los locutorios.
            Sé lo que soy para ellos. Una vieja chocha…Pero hubo un tiempo en el que fui joven. Y estaba llena de vida. Hubo un tiempo en el que amé y fui amada.
            Pero cometí muchos errores. Tuve miedo.
            Y dejé escapar el amor. No puedo viajar atrás en el tiempo. No puedo cambiar mi pasado. Pero sí puedo recordarlo. Me quedan los recuerdos. Y es en ellos en los que busco refugio. Consuelo…
            Y quiero plasmar mis recuerdos en un papel. Por lo menos, quiero dejar constancia de mi paso por este mundo. No quedará nadie para que me recuerde.
            Pero alguien leerá estas líneas. Y dirá que, al menos, Dulce Olivia Sybil O’ Hara vivió como pudo su vida.

FIN


sábado, 25 de octubre de 2014

ESCENA DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Después de un tiempo sin dar señales de vida en este blog, me gustaría compartir aquí un fragmento de mi novela Mía Stella. 
Aviso antes que nada que el nombre de Elliot Duncan, el joven que enamora a Erin Dashwood, pasa a ser Elliot Duncan-Jewell.
En este fragmento, vamos a conocer un poco a la familia de Elliot, compuesta por sus padres y por su hermano menor, Christian.

ENTRADA ELIMINADA.
POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
GRACIAS.


                         

sábado, 11 de octubre de 2014

LO QUE OCURRIRÁ EN LA ISLA KAVVAYI

Hola a todos.
No sé si os acordaréis de la entrada que hice en este blog hace algún tiempo.
Os hablaba de una isla de La India llamada Kavvayi y de la historia que transcurriría en ese lugar.
Pues bien, con algunas variaciones (muchas variaciones), os quiero dejar con el argumento definitivo de esta historia.
Se titula La viuda y transcurre durante la década de 1910.
La historia que tenía antes estaba avanzada, pero no mucho. Ello me ha permitido efectuar los cambios necesarios que necesitaba.
La acción transcurre a caballo entre una isla de Inglaterra llamada Saint Michel's Mount y la isla de Kavvayi.
Es en la isla inglesa donde empieza la acción. Rose es una joven de buena familia, hija de un aristocrático militar, pero que tiene una constitución débil. Con ella y con sus padres vive desde que se quedó huérfana su prima Eliza, Lizzie, una joven fuerte y bella.
Rose vive su primer amor con William, un miembro de la servidumbre. Sin embargo, aunque ya se han entregado el uno al otro, ambos deciden de manera tácita separarse. William jamás será aceptado por los padres de Rose como yerno. Por separado, cada uno rehace su vida. William se casa con Miranda, una joven que trabaja como institutriz en casa de una adinerada familia. Y Rose se casa con Thomas, el hijo adoptivo de un aristócrata y joven teniente del Ejército Británico.
Rose llega a amar a Thomas (spoiler, sí, tiene relaciones sexuales con él), no siente por él la pasión que la unió a William. Con Thomas viaja a la isla de Kavvayi, donde es destinado. Pero su marido muere al cabo de algún tiempo. Rose se queda viuda y con la compañía de su prima Lizzie. Y, como un giro irónico del destino, es Lizzie quien cae gravemente enferma.
William y Miranda se trasladan a La India, lugar al que William es destinado tras alistarse en el Ejército en la creencia de que logrará hacerse rico, y ambos terminan viviendo en Kavvayi, donde se produce el reencuentro entre Rose y William. Pese a que él es un hombre casado y ella es viuda, la pasión resurgirá entre ellos.
Pero, ¿podrán ser felices? Los comentarios de los demás, la presencia de Miranda y la Gran Guerra les pondrán las cosas muy difíciles.
He subido un fragmento a mi blog "Una brisa suave" de esta novela que no sé cuándo verá la luz, pero yo deseo que sea algún día.
Os dejo el link para que la leáis:

http://peafielmanzanareslaura.blogspot.com.es/2014/10/escena-de-la-viuda.html



viernes, 10 de octubre de 2014

FRAGMENTO DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Aquí os traigo un fragmento de mi novela Mía Stella. 
Es un fragmento muy trágico, lo aviso de entrada. Sin embargo, en este fragmento veremos cómo se conocen Erin y Elliot.

ENTRADA ELIMINADA.
POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
GRACIAS.

                                 

miércoles, 8 de octubre de 2014

ESCENA ELIMINADA DE "COMO UNA LETRA ESCARLATA"

Hola a todos.
Hoy, os traigo una nueva escena eliminada de mi novela Como una letra escarlata. 
Deseo que os guste.

                               Don Jorge había cogido un libro para leerlo en voz alta.
                               Se trataba de un libro de poemas de Antonio Bastidas. La escena no podía ser más doméstica. Sentada en el sofá, doña Taciana contemplaba alternativamente a su esposo, que estaba leyendo en voz alta, y al mantel que estaba bordando con punto de cruz. Aquel mantel formaría parte del ajuar de bodas de Penélope. La muchacha también se encontraba en el salón.
                               Estaba tejiendo un chal pequeño. Pensaba regalárselo a su sobrina Victoria. Tenía la mente puesta en otra parte. No estaba prestando atención a la lectura de su padre.
                              Don Jorge sujetaba el libro. Se paseaba de un lado a otro del salón.
                              Penélope pensó que su padre debió de haber sido actor. Sin embargo, pensó la joven, su padre habría sido un actor mediocre.
                               También estaba pensando en Álvaro. Últimamente, no lograba sacarse al cuñado de su hermana de la cabeza. Álvaro la adoraba. Penélope había visto adoración reflejada en sus ojos. Adoración hacia ella...
                             Se ruborizó ante aquel pensamiento. Podía estar empezando a vivir un romance con Álvaro.
                            Era un joven serio y atento. No se parecía en nada a su hermano mayor, a Alejandro. Además...Álvaro era muy apuesto.
                             Penélope tenía derecho a enamorarse.

martes, 7 de octubre de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
He podido avanzar poco muy poco con mi relato El Patrón. 
En esta ocasión, asistiremos a la boda entre Malcolm, el hermano de Kyle y de Katherine, con Holly, la hermana de Charles.
¡Vamos a ver lo que pasa!

                                 No se casa uno todos los días, pensó Malcolm.
                                Su madre fue la madrina de su boda.
                                Iba a casarse con Holly.
                                 La joven estaba realmente hermosa con su vestido blanco de novia. Su padre hizo de padrino. La llevó al Altar. Holly no sonreía. En su fuero interno, estaba asustada. Y Malcolm lo sabía.
                                  La joven le hurtó la mirada. Holly no sabía cómo mirar al hombre con el que estaba a punto de casarse.
                                 Debajo de su velo de tul, Malcolm adivinaba unas mejillas muy pálidas. Se fijó en los labios de Holly. Y sintió el loco deseo de volver a besar aquellos labios.
-Nunca te deshonraría, Holly-le aseguró en voz baja-No habrá amante alguna. Sólo estaremos tú y yo.
-No estás enamorado de mí-le recordó ella-Te obligan a casarte conmigo. No es lo mismo.
-Las cosas pasan por algún motivo. Pasó algo entre nosotros. Yo pienso que eso pasó porque existe algo entre nosotros. Algo muy intenso que está naciendo. Hemos de cuidar de ese sentimiento.
-Has debido de estar bebiendo con tu hermano para hablar así.
                            Holly buscó con la mirada a Charles.
                            Katherine también estaba buscando con la mirada a Charles. ¡Qué apuesto estaba aquella mañana! Aquel joven era sumamente elegante.
-¿Qué estás mirando?-le preguntó Kyle.
-No estaba mirando nada-respondió Katherine indignada.
-Presta atención.
                            Malcolm no dejaba de mirar los labios de Holly. Pocas habían sido las veces que había vuelto a besar aquellos labios desde que fueron sorprendidos. Pero él volvería a besar aquellos labios. Intentaría ser digno de ella.
                            Los grandes ojos de Holly se clavaron en él. Le gustaba la naricita de la joven. Le gustaba su manera de ser. Pero podía pasarse todo el día perdido en la profundidad de aquellos hermosos ojos.
-Queridos hermanos...-empezó a hablar el sacerdote.
                            Los asistentes a la ceremonia se pusieron de pie.
                            La ceremonia transcurrió muy deprisa para los novios.
                            Holly estaba aterrada.
                            Malcolm deseaba disipar sus miedos.
                            Para él, todo estaba muy claro. Había algo entre ellos muy fuerte.
                            A lo mejor, Holly había intentado atraparle. Pero su comportamiento en los últimos días indicaba que no quería casarse con él. Se arrepentía de haber obrado de un modo tan alocado.
                            Malcolm se había enfadado con ella porque pensaba que había intentado atraparle de la forma más burda posible. Sin embargo, ella parecía huir de él. Se avergonzaba de su comportamiento díscolo. No era la misma Holly que conocía.
-Malcolm...-le llamó la atención el sacerdote.
-Diga-le instó el aludido.
                         Se oyeron algunas risas.
                         Charles miró a Katherine. No podía acercarse a ella. ¡Pero estaba tan hermosa! Eclipsaba con su belleza a la propia Holly. No veía la hora de estar a su lado. De decirle lo mucho que la amaba. Pero debía de ser paciente. Katherine había acudido a la boda con su familia.
                          Kyle no le quitaba el ojo de encima.
-¿Aceptas a Holland como tu legítima esposa?-le preguntó el sacerdote a Malcolm-¿Para amarla y respetarla? ¿En la salud y en la enfermedad?
-Acepto-respondió Malcolm-Acepto todo.
                         Estaba visiblemente nervioso.
                         Holly tragó saliva.
                         Estaba temblando. Malcolm deseaba hacer algo para calmar sus nervios. Deseaba hacerle saber que todo estaba bien.
-Holland...-dijo el sacerdote-¿Aceptas a Malcolm como tu legítimo esposo?
-Acepto-contestó Holly con un hilo de voz.
                          Malcolm le cogió la mano.
                          Aquel gesto sobresaltó a Holly. No se lo esperaba. Malcolm la miró y vio adoración reflejada en aquellos ojos.
                           También Malcolm besó la mano de Holly.
                           Al llegar la hora de darse la paz, Charles pudo besar a Katherine en ambas mejillas.



                                   El sacerdote declaró marido y mujer a Malcolm y a Holly. Él pudo levantar el velo de tul que cubría el rostro de su recién estrenada esposa.
                                   Y fue en ese momento cuando la besó con tanta pasión que Holly pensó que se desmayaría.
                                    Se separaron durante unos instantes. Unos segundos...
                                    Holly posó de nuevo sus labios sobre los labios de Malcolm. Lo besó. Malcolm se dio cuenta de que debía de vivir para hacerla feliz. Puede que estemos enamorados y no nos hayamos dado cuenta todavía, pensó el joven.
-Eres maravillosa-afirmó cuando volvieron a separarse-Te haré la mujer más feliz del mundo.

lunes, 6 de octubre de 2014

ESCENA ELIMINADA DE "COMO UNA LETRA ESCARLATA"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros esta escena eliminada de mi novela Como una letra escarlata. 
Deseo de corazón que os guste.

                                  Mariana regresó de su paseo por el Parque de la Estrella deseando estar muerta. Lo que había visto allí le había alterado los nervios. Se maldijo así misma por no haber sido capaz de intervenir.
                                  De hacer algo.
                                  Penélope y Álvaro estaban sentados en un banco.
                                 Se estaban besando.
                                  Álvaro estaba besando a Penélope.
                                 Mientras se despojaba de su capa, una criada le avisó de que su marido la estaba esperando en el comedor para merendar.
                                  Alejandro y Mariana dieron cuenta cada uno de una taza de chocolate. Alejandro se percató de lo pálida que se encontraba su mujer.
                                  Le disgustaba ver cómo Mariana salía a pasear sola. Sin llevar consigo a su doncella.
                                  En ocasiones, ideas disparatadas pasaban por la mente de Alejandro. Como que Mariana iba a encontrarse con algún amante.
-Dile a tu hermano que se mantenga alejado de mi hermana-le ordenó Mariana con voz dura.
-¿Qué pasó?-inquirió Alejandro, extrañado-No te entiendo.
-Vi a Álvaro besando a Penélope en el Parque de la Estrella. Eso no es bueno. Ni es decente. Mi hermana es una muchacha decente.
                                En un primer momento, Alejandro no entendió lo que le estaba diciendo Mariana. Era evidente que la joven estaba enfadada.
                                Su rostro estaba enrojecido. Sus ojos parecían estar inyectados en sangre. Le temblaba la mano con la que sujetaba su taza de porcelana llena de chocolate. La mirada que le lanzó Mariana era una mirada hiriente y dura. Hasta donde Alejandro sabía, Álvaro parecía estar interesado en Penélope Laguna.
-Mi hermano jamás intentaría propasarse con tu hermana-afirmó Alejandro-Él respeta a Penélope. Lo conozco bien.
                                Mariana no pensaba lo mismo. En su opinión, Penélope era un ser puro. Era todo lo que ella no era.
                                 Álvaro no iba a mancillar su pureza. No se lo iba a permitir.
-Mantén a tu hermano alejado de mi hermana-volvió a ordenar a Alejandro-Dile que no se la acerque. Yo lo estaré vigilando. ¡Que ni se le ocurra mirar a Penélope!
-Está bien-cedió Alejandro-Se lo diré.
-Te lo agradezco.
-Tan sólo te pido a cambio que dejes de salir sola. Tienes que salir conmigo. O, al menos, llevarte a tu mucama.



domingo, 5 de octubre de 2014

ANA LISA KEMPTON

Hola a todos.
Hoy, os presento a un nuevo personaje de En el abismo. 
Se trata de Ana Lisa Kempton.
Es una de las mejores amigas de Fiona Beckham.
Ana Lisa es española, miembro de una familia de la alta sociedad, y llegó a La India tras casarse con un comerciante inglés, George Kempton que llegó al país decidido a hacer fortuna con su plantación. Ana Lisa ha sufrido el duro mazazo de la muerte en duelo de su hermano menor. Su hermana mayor, Sara, también ha viajado a La India con ella. En parte, Ana Lisa quiere olvidar la tragedia que ambas han vivido. Pero espera que Sara encuentre una cura en el país para la grave dolencia cardíaca que padece. A pesar de ser mayor que ella, Ana Lisa cuida con devoción de Sara. Su mayor deseo es que sea feliz al precio que sea, a pesar de que los médicos no le dan muchas esperanzas de vida.
Aunque Ana Lisa y su marido se aman sinceramente, los dos sufren porque no consiguen tener hijos. Ana Lisa ha sufrido la pérdida de dos hijos y los médicos le dan pocas esperanzas para tener hijos propios. Durante el tiempo que estuvo viviendo en Londres, Ana Lisa adoptó a una niña, Diana.
Cuando Sara y Ana Lisa conocen a lord James Callaghan, a pesar de que son ambas conscientes de que el joven conde de Ravenwood está trastornado por la pérdida de su familia, Sara se enamora profundamente de él. Por una coincidencia de la vida, Ana Lisa descubre que la niña que ha adoptado guarda relación con James y no duda en hacerle chantaje.
Le dejará estar con la niña a cambio de casarse con Sara. Hace esto movida por el amor que le profesa a su hermana y porque piensa que se recuperará si se casa con James.
Más que por maldad o por egoísmo, Ana Lisa obra por desesperación. Le da terror perder a la única hermana que le queda.
He imaginado a Ana Lisa con el rostro de la actirz Gillian Anderson, famosa por su papel en la mítica serie Expediente X. 
Aunque se vea rara vestida de época, lo cierto es que ha protagonizado diversas miniseries y películas de época y se mueve como pez en el agua recreando a personajes del siglo XIX.
Aquí la tenemos interpretando a Lily Bart en La casa de la alegría, la adaptación que se hizo al cine de la novela de Edith Wharton.
Y es como Lily como he imaginado a Ana Lisa.
¿Qué opináis vosotros?

viernes, 3 de octubre de 2014

ESCENA DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros este fragmento de mi novela Mía Stella. 
Este fragmento se centra en la figura de Nicole Ratford.
¡Vamos a conocerla un poco mejor!

                                  Semanas después de la llegada de Freddie a Majuli, Nicole Ratford también llega a la isla.
                                  Es la sobrina de sir Henry Ratford. Es la hijastra de su hermano mayor.
                                  El recuerdo permanente del escandaloso pasado de su cuñada...Aunque su hermano pareció que había asimilado bien el escandaloso pasado de la mujer con la que se casó. O eso pensaba sir Henry hasta que leyó The Times. Y supo que su hermano se había vuelto completamente loco.
                                 Nicole prácticamente vive encerrada en la casa de su tío. Se pasa el día cosiendo. O le escribe largas cartas a su madre. O coge un libro y se sienta en un sillón a leer.
                                  Sir Henry se preocupa por ella. No es sano que una joven como Nicole se pase todo el día encerrada en casa. Tiene que salir y hacer amigas. Tiene que salir y conocer gente.
                                  Una tarde, sir Henry hace sentarse a Nicole a su lado en el sofá.
                                  Es ya de noche.
                                  Sir Henry le expone que no es bueno que esté todo el día encerrada en casa, sin querer pisar la calle. Ni siquiera sale al jardín.
-No quiero ver a nadie, tío-replica Nicole-Quiero que la gente se olvide de que existo.
-Tú no tienes la culpa de nada, querida-le asegura sir Henry-El error lo cometió tu madre. Y la locura la cometió tu padre.
-No quiero pensar en ese hombre como mi padre, tío Henry. Te ruego que me disculpes. Pero lo que le hizo a esa pobre familia no tiene nombre. Ni tiene perdón posible. No entiendo cómo se casó con mi madre. Nunca le perdonó su pasado.
                                  Sir Henry tampoco entiende el porqué su serio hermano acabó casado con una mujer de carácter tan alocado.
                                  No es quién para juzgar a su cuñada. La pobre mujer ha perdido por completo el juicio. Nicole es sólo una víctima más de todo lo que ha ocurrido.
-Nadie te conoce en Majuli-le explica sir Henry-Puedes empezar aquí de cero. No has venido aquí a esconderte. Has venido aquí a ser feliz.
                                 Siente un gran cariño por Nicole. Por eso, sir Henry trata de ayudarla. No soporta verla encerrada en casa vegetando. No ha hecho nada malo. Nicole no se parece en nada a su madre, por suerte. Es una joven sensata y cuidadosa.
                                 Con un poco de suerte, podrá hacer una buena boda. Hay algunos caballeros ingleses viviendo en Majuli. Sir Henry le dará una buena dote, ya que la dote que su hermano había designado a Nicole ha sido empleada para pagar a su abogado.
-Cerca de mi casa vive una familia, los Dashwood-le dice sir Henry-Tienen dos hijas que son un poco menores que tú. La mayor está a punto de casarse. La menor sigue estando soltera. Y hace poco que vino a vivir con ellos su sobrina. Es un poco mayor que tú. Podéis llegar a ser buenas amigas. ¿Qué te parece?
-En cuanto conozcan mi pasado, me repudiarán-se asusta Nicole.
-No va a pasar eso.
                                 Nicole quiere creer que su tío tiene razón.
                                Lo que más necesita en esos momentos es tener una buena amiga. Necesita apoyarse en alguien. Contempla la chimenea del salón, que está encendida.
                                 Y siente que sir Henry tiene razón. Necesita salir de su encierro voluntario.
-Me agradaría mucho conocerlas-afirma.
-Irás mañana a conocerlas-le propone sir Henry-Te caerán bien. Son unas jóvenes encantadoras. Tienes que saber que la sobrina de los Dashwood ha estado enferma recientemente. Tu visita podría levantarle un poco el ánimo.
-No lo creo. Yo estoy destrozada. No sé si le seré una buena compañía a esa joven.



lunes, 29 de septiembre de 2014

ESCENA DE "ME OLVIDÉ DE OLVIDARTE"

Hola a todos.
Aquí os traigo una escena de mi novela Me olvidé de olvidarte protagonizada por Dillon y por Samantha.
En esta ocasión, la pareja está muy contenta viviendo un momento muy dulce en su vida en común. ¡Y no puedo decir más!

                              ¡Qué lento estaba pasando el tiempo para Dillon! El vientre de Samantha estaba todavía plano.
                               Podía pasarse las horas muertas mirándola. A simple vista, el embarazo de Samantha no se notaba. Pero se la veía mucho más contenta. Tocaba su vientre una y otra vez, deseando poder sentir los movimientos de su pequeño. Su rostro brillaba de felicidad.
                               Se metió con ella en la cama.
                               Dillon no podía creerse la suerte que había tenido.
                               ¡Iba a ser padre! Su esposa le sonreía feliz.
                               La besó con entusiasmo en la boca. Era uno de esos momentos en los que sentía que realmente estaba enamorado de Samantha.
-Pero no tardará en empezar a crece-le aseguró ella cuando yacían acostados en la cama de matrimonio-A mí me gustaría mucho tener un niño. Pero no sabría qué nombre ponerle. Podría llamarse como tú.
-Te harías un lío con nosotros-apostilló Dillon.
                               El joven estaba completamente desnudo. En cambio, Samantha llevaba puesto el camisón. Dillon apoyó la cabeza en el vientre de su esposa.
                               La joven pareja no cabía en sí de gozo.
-Era algo que se esperaba-afirmó Dillon.
                               Samantha sonrió al imaginar el futuro que les aguardaba. Dentro de siete meses, nacería su primer hijo. Tendrían muchos hijos. Algún día, a lo mejor, viajarían al pueblo de donde era oriundo Dillon. San Ezequiel, en Texas.
                              Sus hijos merecían conocer a su abuelo y a sus tíos.
-También puede ser una niña-le recordó Dillon.
                               Samantha negó moviendo la cabeza.
                              Estaba convencida de que el hijo que esperaba era un niño. Y también estaba convencida de que aquel niño sería el vivo retrato de su padre.
-Va a ser un niño-auguró Samantha-Y se parecerá mucho a ti. Tendrá tus ojos.
-Podría tener tus ojos-afirmó Dillon.
-Y será rubio.
-¿Y no prefieres tener una niña pelirroja, como lo eres tú?
-De momento, preferiría tener un niño. Aunque también podría venir una niña. Dillon, mi padre necesita un heredero para el Marquesado. Yo no puedo heredarlo. Soy mujer. Nuestro hijo sí podría heredarlo.
                            El tema del heredero era algo de suma importancia para lord Lucien. No veía al hijo de Samantha como su nieto. Lo veía como su heredero. Eso era algo que Dillon no entendía. Sus hermanos y él heredarían el rancho de su padre.
-Somos jóvenes-le recordó a Samantha-Podemos tener muchos hijos. Podemos tener montones de hijos.
-A mí me gustaría tener seis hijos-admitió la joven.
-Seis hijos...
-¿Te gustaría tener seis hijos conmigo?
-A mí me encantaría tener la casa llena de niños. Nos volverán locos con sus risas. Yo les enseñaré a montar a caballo. Tú les enseñarás a ser educados. Formamos un buen equipo, Sam. Lo hemos demostrado. Y nuestro pequeño tendrá un poquito de cada uno. Será como tú. Y también será como yo. ¿Qué te parece?
-Me gustaría que fuera como tú. Con tu cabello...Con tus ojos...
-Sam, te quiero muchísimo.
                           Los dos se fundieron en un beso apasionado. Se abrazaron con fuerza. Y las manos del uno empezaron a acariciar el cuerpo del otro.

sábado, 27 de septiembre de 2014

LADY GRACE STIRLING

Hola a todos.
Hace unos días, os hablé de mi novela Dos mujeres diferentes y os presenté a Emeline Lake, una de las mujeres que traerá de cabeza a lord James Callaghan.
Hoy, me gustaría presentaros a la otra mujer que marcará la vida del conde de Ravenwood.
Se trata de lady Grace Stirling.
Grace es la hija de los duques de Greystoke. A sus dieciocho años, ha sido presentada en sociedad con mucho éxito. Pero Grace no se llama a engaños. Es consciente de que su elevadísima dote y su gran belleza atrae la atención de muchos cazafortunas. La buena sociedad, en el fondo, la desprecia porque no olvida que su madre fue una antigua prostituta criada en las calles y de dudoso origen de la que el duque se enamoró y con la que se casó en medio de un gran escándalo.
Grace es una joven con las ideas muy claras. Tiene un carácter muy marcado y puede llegar a ser muy cabezota cuando se propone obtener algo. Se enamora de James nada más verle porque siente que ese joven, aún siendo un aristócrata, es distinto. Se muestra tal y como es y eso capta la atención de Grace.
Los dos se casan muy enamorados y las cosas parecen ir bien durante algún tiempo. Pero...Y hasta aquí puedo leer. El matrimonio de James y Grace no será un eterno lecho de rosas.
En el año 2009, se hizo una miniserie sobre la vida de la Emperatriz Elisabeth de Austria, Sissi. Aunque las películas de Romy Schneider tienen su encanto, me quedo con la biografía desmitificadora y más realista que escribió la periodista Ángeles Caso.
En la miniserie, la actriz Cristiana Capotondi encarnó a la Emperatriz Elisabeth.
Considero que guarda bastante parecido con Grace. Las dos tienen el cabello de color rojizo. Las dos tienen un aire regio y, al mismo tiempo, rezuman delicadeza. Pero hay determinación en su mirada.
¿Vosotros qué pensáis?

miércoles, 24 de septiembre de 2014

LADY SAMANTHA

Hola a todos.
Seguro que alguno de vosotros recordará algo que he comentado. En Inglaterra, en su esfuerzo por olvidar a Catherine, Dillon contrae matrimonio con una joven miembro de la aristocracia.
Al principio, esta joven se iba a llamar Samantha, pero, al final, se llamó Cordelia y su historia tiene otros derroteros.
Tengo bastante material escrito con la esposa de Dillon llamándose Samantha con la historia que pensé para ambos. Al principio, pensé en escribir un relato sobre Samantha y Dillon que empecé a subir a este blog (Locamente enamorado).
Sin embargo, la historia queda en suspenso de manera indeterminada.
Lo que quiero decir es que el personaje de Samantha sí formará parte de mi novela Me olvidé de olvidarte. 
No desaparece Cordelia de escena, pero Samantha aparecerá antes que Cordelia. Dillon pasa mucho tiempo viviendo en Inglaterra. Él desea olvidar a Catherine lo antes posible. Y piensa que logrará olvidarla si se enamorase de otra mujer. Lo intentará con Cordelia, pero, antes, lo intentará con Samantha.
Lady Samantha es una joven perteneciente a la aristocracia que acaba de ser presentada en sociedad. Se espera de ella que haga una buena boda. Es una joven dotada de una gran belleza, con un carácter alegre y risueño. Sin embargo, la vida de Samantha se vuelve del revés cuando conoce a Dillon, el cual está limpiando la chimenea de la residencia familia de la joven en el lujoso barrio de Mayfair y se enamora de él.
La manera de ser de Samantha dista mucho de lo que se espera en una joven de la aristocracia y capta la atención de Dillon. No tardan mucho tiempo en casarse y Dillon llega a creer que podrá ser feliz al lado de Samantha. Piensa sinceramente que es la mujer que le ha hecho olvidar a Catherine.
Pero ocurrirán ciertas cosas que preferiría no comentar aquí. Sólo hay que decir que olvidar al gran amor de tu vida es una misión, en este caso, imposible. O casi imposible...
Para ponerle rostro a Samantha, he escogido el rostro de Keeley Hawes, la actriz que interpreta a Cynthia en la minserie de la BBC Esposas e hijas, basada en la novela del mismo nombre de Elizabeth Gaskell.
Es muy parecida en el físico a cómo he creado a Samantha. Las dos son pelirrojas. Y hay mucha determinación en su mirada. La expresión de su cara es alegre y Samantha, cuando conoce a Dillon, es una joven.
¿Qué opináis vosotros?


martes, 23 de septiembre de 2014

EMELINE LAKE

Hola a todos.
Hoy, os traigo un personaje que dará de qué hablar.
Aparece en la historia que tendrá como protagonista a lord James Callaghan, el cual protagonizará dos novelas.
La primera se titula Dos mujeres diferentes. Éste es su argumento:
Lord James Callaghan es el hijo del conde de Ravenwood y heredero al título. Se trata de un joven alocado e inconsciente, pero atractivo y carismático. Su manera de ser capta la atención de la bella lady Grace Stirling, única hija de los duques de Greystoke. Grace y James sienten una fuerte atracción mutua y acaban casándose. La felicidad es plena cuando nace un niño, Etienne. Sin embargo, con el paso del tiempo, la pasión inicial desaparece. El matrimonio acaba distanciándose y es entonces cuando aparece en escena el personaje que os quiero presentar.
Se llama Emeline Lake es una conocida soprano. Ha nacido en el seno de una familia de bohemios. Su sueño desde niña era triunfar como soprano. Y está consiguiéndolo.
Durante una gira por Inglaterra, Emeline debuta en el Covent Garden. Y es, entonces, cuando capta la atención de James. Él ha acudido a la representación.
Emeline es una joven realmente hermosa. Su mirada tiene una expresión risueña. Su boca tiene un trazado delicado. Y su cabello es de color negro.
Emeline está enferma. Sin embargo, a pesar de todo, insiste en seguir actuando. Mantiene su enfermedad en secreto con la ayuda de su mejor amiga, Rachel. Pero sabe que acabará siendo a la luz.
Y así es como me imagino a Emeline Lake, con el rostro de la actriz Wynona Ryder. A pesar de todo, siempre me ha gustado su manera de actuar.
Aquí, aparece interpretando a May Welland en la adaptación que se hizo de la novela de Edith Wharton La edad de la inocencia 1993.
Y he querido que Emeline sea como May Welland. A pesar de todo, nunca pierde el aura de inocencia que la envuelve.
¿Vosotros qué opináis?

 Emeline Lake.

La segunda novela ya tiene título. Se titula En el abismo. Y en ella aparecen las cinco hermanas Beckham.

lunes, 22 de septiembre de 2014

ESCENA SUBIDA DE TONO ELIMINADA DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Aquí os traigo otra escena eliminada de mi novela Mía Stella. 
Es una escena de sexo entre Freddie y Estelle. Al final, esta escena la reescribí para otra novela, pero, como todavía la tenía guardada en otro documento de Word, me he animado a subirla para compartirla con vosotros.
¡A ver qué os parece!

         ESCENA ELIMINADA.
         POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
        GRACIAS.  

            

domingo, 21 de septiembre de 2014

LOS OJOS LLENOS DE LÁGRIMAS

Hola a todos. 
Hacía mucho tiempo que no subía ningún fragmento de mi relato Los ojos llenos de lágrimas. 
He podido avanzar un poco con este relato y aquí os dejo con un fragmento. 

                             Emma recorrió el saloon con la mirada. 
-No han venido muchos clientes esta noche-se lamentó el pianista-Está lloviendo y nadie quiere salir de sus casas. 
-Yo estoy en mi casa-se lamentó Emma-Este cochino local es mi casa. Y lo odio. 
                            Tragó saliva al pensar en que no tendría que soportar a ningún cliente aquella noche. Los pocos hombres que estaban en el local tenían cara de amargados. No querían estar con una de las prostitutas. Querían emborracharse hasta perder el conocimiento. Emma lo agradeció. Pero una noche como aquélla sólo ocurría en contadas ocasiones. 
-Deberías ir a acostarte-le sugirió el camarero. 
                                En ocasiones, Emma había pensado en quitarse la vida. No podía soportar el seguir en aquel sitio. Le resultaría fácil coger sus cosas y largarse. Pero no sabía lo que haría después. Además, el dueño del saloon podía ir a buscarla y sería aún peor. Se sentía prisionera de aquel lugar. 
                               Respiró hondo. 
                               Pensó en Marty. Él sí quería ayudarla. La melodía que estaba interpretando el pianista era triste. Uno de los vaqueros acabó enfadado. 
-¡Toca una melodía más alegre!-le ordenó con un bramido. 
-Págame-le retó el pianista, cansado de todo. 
-Conque ésas tenemos. ¿No? ¡Ahora verás! 
                            El vaquero desenfundó. Disparó al pianista a la cabeza. De no ser porque el pianista se agachó, el disparo le habría alcanzado de lleno en la cara. 
-¡Hijo de puta!-bramó una de las chicas. 
                           Emma tuvo que sentarse en una silla. Pensó que se iba a desmayar. 
                           Había visto cosas peores en los años que llevaba en el saloon. Pero no se acostumbraba. Nunca se acostumbraría. 
                            Le temblaba con violencia todo el cuerpo. La mujer que había gritado se llamaba Portia. Se acercó a ella. 
-¿Estás bien?-le preguntó. 
-No...-respondió Emma con un hilo de voz. 
                        Portia puso su mano sobre el hombro de la aterrada Emma. 
-Yo finjo que no he oído nada-le exhortó-Cierto es que he gritado. Pero intento borrarlo de mi memoria en cuanto puedo. 
                         Le palmeó el hombro a Emma. 

sábado, 20 de septiembre de 2014

ESCENA DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Hoy, vamos a seguir viendo fragmentos de Mía Stella. 
En esta ocasión, veremos cómo Víctor felicita a su hermana Erin por su compromiso con Elliot.

                            ESCENA ELIMINADA.
                            POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
                            GRACIAS.

viernes, 19 de septiembre de 2014

ESCENA ELIMINADA DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Hoy, os traigo otro fragmento de mi novela Mía Stella. 
Víctor, el hermano de Estelle, se enamora de una joven que no le corresponde. Pero otra joven, Nicole Ratford, está enamorada perdidamente de él y trata de conquistarlo.
En esta escena, vemos cómo Nicole intenta seducir a Víctor, aún delante de otras personas.

                              La visita de Nicole a casa nos pilla un poco por sorpresa.
                             Nadie la espera. Pero el mayordomo la invita a entrar. Y le pedimos que se quede.
                             Es la hora del té. Invitamos a Nicole a que tome el té con nosotros. Tomamos asiento alrededor de la mesa del comedor. Olivia le pregunta a Nicole cómo está su tío.
                              Bebo un sorbo de mi taza de té mientras observo la cara de Víctor.
-¿Te molesta que haya venido Nicole a verme?-me pregunta mi hermano.
-Me molesta que se haya enamorado de ti-respondo-Y que tú no seas capaz de corresponder a ese amor.
-Me alegro de que hayas venido, Nicole-le dice Víctor a ella-Estás muy guapa.
                               Nicole se ruboriza al escuchar tal piropo.
                               Algo cambia en ella cuando Víctor le habla. Su rostro se ilumina.
-Me alegro mucho de que seas tan amiga de Livie y de Estelle-añade Víctor-Mi casa está algo vacía desde que Erin se casó. ¡No veo la hora de que me haga tío!
                             Le doy un codazo a Víctor por debajo de la mesa.
                             Mi hermano me fulmina con la mirada. Yo le siseo que hay cosas de las que es mejor no hablar.
-Es un poco pronto-opina Nicole-No debe de llevar casada mucho tiempo. Hay que darle tiempo al tiempo. Pero tú también deberías de pensar en tener tus propios hijos.
                            Olivia ahoga un grito.
-Todavía no pienso en casarme-se jacta Víctor, ignorando la indirecta que Nicole acaba de lanzarle-Cuando llegue el momento, me casaré. Y tendré muchos hijos.
-A mí me gustaría casarme-afirma Nicole-Y deseo ser madre.
                          Olivia se pone roja. ¿Acaso está sufriendo un ataque de celos?
                          Víctor la mira y se muestra encantado ante su reacción.
-Entonces, tendrás mucha suerte-augura mi hermano-En Majuli hay numerosos caballeros que estarán encantados de casarse contigo.
                         Nicole se echa a reír.
-Eres una joven muy hermosa-añade Víctor.
                         Debe de ser cierto que Víctor pueda sentir cierta atracción hacia Nicole. Es una joven de piel blanca como la leche. Y su cabello es de color oscuro. Es hermosa. Pero, mientras Víctor habla, a quien está mirando es a Olivia.
-No me interesan los caballeros ingleses-admite Nicole.
                         Cojo un trozo de bizcocho que ha preparado la cocinera para acompañar el té. Olivia y yo sentimos que estamos de más aquí.
-¿Y qué clase de caballero te interesa?-quiere saber Víctor.
-No deberías de hacer tantas preguntas-le regaña Olivia-Nicole se casará cuando llegue el momento. Y nosotros estaremos encantados de asistir a su boda.
                       Víctor esboza una sonrisa.
-Me interesan los hombres con un punto de exotismo y de misterio-contesta Nicole-Como tú...
                        ¡Jesús bendito!, pienso escandalizada.
-Me siento halagado porque me tengas tan alta estima-afirma Víctor-Y porque pienses eso de mí.
                         Le doy un mordisco al trozo de bizcocho que he cogido. Pero tengo el estómago cerrado.
                         Olivia parece estar furiosa.
                        Nicole no se da cuenta de que Olivia está celosa. Y Víctor, por su parte, está disfrutando con la situación.
                         Nicole anuncia que tiene que marcharse. Nos ponemos de pie. Nicole comenta que ha disfrutado de una velada agradable.
                         Me da un beso en cada mejilla.
-¡Me gustaría tanto ver a tu hermana para abrazarla!-me confiesa.
                         Abraza a Olivia.
                        Víctor le da un beso en la mejilla. Pero Nicole no se conforma y acaba besándole de lleno en los labios. ¡Se atrevió a hacer eso delante de Olivia y de mí!
                         Nicole acaba marchándose. Olivia se encara con Víctor.



-¿Te has vuelto loco?-le espeta.
                      Yo soy una testigo de lo que está pasando. No digo nada.
-¿Es que estás celosa?-se congratula Víctor.
-¡Por supuesto que no estoy celosa!-contesta Olivia-Es sólo que esa joven es una descarada.
-Es una joven amable. Me cae bien. Debería de ir a visitarla con más frecuencia.
                       Olivia lucha por no sentir celos. Víctor parece disfrutar dándole celos. Y yo pienso que los dos están comportándose como criaturas.
                       Olivia gruñe.
-¡No sabes nada de ella!-recuerda Olivia.
-Es la sobrina de lord Henry-dice Víctor con tranquilidad.
-No es hija de su hermano. He oído cosas. Cosas relacionadas con su madre. ¡Esa mujer era una ramera! El padre de Lydia la conocía. ¡Y sabe Dios si estaban liados!
-Nicole no es su madre.
-¡Pero te ha besado!
-¿Te molesta que me haya besado?
                        Olivia guarda silencio. No contesta. Prefiere no contestar.

jueves, 18 de septiembre de 2014

FRAGMENTO DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Hoy, os traigo un fragmento de mi novela Mía Stella bastante alegre.
Se trata de un anuncio de compromiso. No digo más.

ESCENA ELIMINADA.
POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
GRACIAS.

martes, 16 de septiembre de 2014

OTRA ESCENA ELIMINADA DE "COMO UNA LETRA ESCARLATA"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros otra escena eliminada de mi novela Como una letra escarlata. 
El nacimiento que aparece en esta novela está descrito en otro capítulo. Por eso, he considerado que esto es más paja que otra cosa.
Aún así, he querido compartirla aquí.
Espero que os guste.

                           Penélope también recordaba.
            Recordaba la cara de su hermana mientras sufría los dolores de parto. Mariana tenía contracciones muy seguidas y estaba empezando a desangrarse. Además, no dilataba. Creía que su hijito estaba muerto.
            Ella misma pudo haber muerto.
            Ella y el bebé pudieron haber muerto.
            Los tres. No debía de olvidarse de su sobrinito.
            Pero parecía que nadie quería mencionar al pobre Juan. El pequeño apenas vivió once meses.
            Pero Penélope se acordaba de él. Le gustaba cogerle en brazos. Lo paseaba por las calles de Guayaquil en su cochecito. Le cantaba canciones de cuna. Hacía planes de futuro para él.
-Irás al Ejército-le decía-Serás un teniente coronel. ¿Te imaginas, bebé? Y todo el mundo te respetará.
            Juan la miraba con sus grandes ojos negros. Tanto él como Victoria tenían los mismos ojos negros que tenía Mariana. Los dos eran pelirrojos, como lo era Mariana. Victoria sería, algún día, el vivo retrato de su madre. A veces, Penélope se sorprendía así misma escrutando el rostro de Juan. Quería distinguir en su carita los rasgos de algún conocido. Pero no veía nada.
-¿Quién es vuestro papá, bebés?-se preguntaba Penélope cuando observaba a la nodriza acostarles en la cunita que ambos compartían-¿Quién os engendró?
            Mariana se negaba a hablar. Penélope respetaba su silencio.
-Vuestra mamá toma las decisiones por algún motivo-les decía Penélope a los niños cuando se inclinaba sobre la cunita-Debéis de entenderla. Pero os aseguro que se os hará difícil hacerlo. Vuestra mamá es un poco complicada.
            Penélope les hacía carantoñas. Les cantaba canciones de cuna. Estaba loca de alegría con sus sobrinitos.
            Juan y Victoria entraron más muertos que vivos en este mundo. Mariana perdió mucha sangre. Penélope siempre sospechó que sus padres querían que muriera desangrada. No lo decía en voz alta, por supuesto. Le parecía una monstruosidad. Ningún padre hacía eso. Pero sus padres eran otra historia. Si no querían a Mariana…¿Por qué la adoptaron? ¿Por qué se hicieron cargo de ella? Pudieron haberla entregado al hospicio. O haberla entregado a otra familia. Penélope sabía que muchas familias acogían en sus casas a niños huérfanos. Mariana era huérfana. Los Laguna Abad deseaban hacer una buena obra de caridad. Y Mariana fue su buena obra.
            Durante días, Mariana estuvo agonizando. Milagrosamente, logró recuperarse.
            Los Laguna Abad siempre estaban enfadados con ella.
            Mariana siempre había sido muy rebelde.
            Siempre enfrentada a ellos…Cuestionándoles…Discutiéndoles… Yéndose a su cuarto sin cenar…Dando portazos…Escapándose de casa… Fumando en público…
            El embarazo de Mariana fue la gota que colmó el vaso.
            Los Laguna Abad se fueron a vivir a Guayaquil en cuanto el embarazo de su hija mayor empezó a notársele. Mariana presumía de embarazo. Se negó a que se le ensancharan la cintura de sus vestidos. Quería presumir de vientre de embarazada. Decía que se sentía orgullosa de su estado. A doña Taciana Abad Aragón de Laguna se le abrían las carnes en cuanto Mariana abría la boca.
            Hablaron de dar al bebé en adopción en cuanto naciese. O de disimular el embarazo de Mariana ensanchándole la cintura a sus vestidos. Mariana se opuso. A las dos cosas. Sus padres estuvieron a punto de volverse locos. Mariana podía volver loco a cualquiera.
            Ya había intentado abortar una vez. No lo consiguió. No pensaba entregar a sus hijos a un desconocido. Fue el ama de llaves quien le dijo que iba a tener gemelos.
            Mariana se tocaba frecuentemente la barriga. Les hablaba a sus bebés. Casi podía oírles hablar entre ellos mientras se movían en su interior. No veía la hora de verles la carita.
            Amenazaron a la joven con renegar de ella si no daba a sus hijos en adopción.
            Pero ella no se dejó amedrentar. Aún débil tras el duro parto, quiso conservar a sus hijos a su lado. Victoria es mía, pensaba. Juan es mío. Son mis hijos. Vosotros no lo entendéis. No pienso renunciar a ellos.
            Finalmente, los Laguna Abad cedieron. Por eso, la muerte de Victoria fue recibida con inmenso alivio. Se habían deshecho de la bastarda. Por fin…Por fin…Ya nunca más habría más escándalos. Tampoco lloraron la muerte de Juan. Incluso pareció que se alegraban de lo ocurrido. Mariana se enfadó con ellos cuando se negaron a asistir al entierro de Juan. Incluso no estuvieron presentes en su velatorio. Pero Penélope sí estuvo a su lado apoyándola. Como hacía siempre.
            Los Laguna Abad no querían ni oír hablar de Victoria.
            Por no hablar del otro bastardo que Mariana había engendrado. Afortunadamente, el pequeño Juan había muerto. No tendrían que verle la cara ni a él ni a su hermana.
            Así era como los Laguna Abad llamaban a Victoria a sus espaldas. La Bastarda.
            No se lo decían a la cara porque Penélope defendía a la pequeña. La quería muchísimo. Y Victoria, por su parte, adoraba a su tía. Juan, de haber vivido, también habría adorado a su tía Penélope. La querría como una de las pocas personas que se habían preocupado por él. Que lo habían querido de verdad. Y que jamás pensó en su origen. 

lunes, 15 de septiembre de 2014

ESCENA ELIMINADA DE "COMO UNA LETRA ESCARLATA"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros una escena eliminada de mi novela Como una letra escarlata. 
Esta historia transcurre en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil durante la década de 1830. Cuenta la historia de dos hermanas, Mariana, rebelde e impetuosa, y Penélope, dulce y delicada. Dos hermanas muy distintas entre sí, pero que, en realidad, se parecen más de lo que parece.
En esta escena, vemos cómo un tranquilo paseo familiar se altera por un descubrimiento. No aparece en la novela porque el descubrimiento que aquí se menciona se hace de otra manera.
¡Vamos a ver lo que pasa!

                                Alejandro había paseado por las calles de Guayaquil.  Le acompañaba su familia. Mariana y Victoria. Él había sujetado en sus fuertes brazos la figura menuda de la niña. Victoria era alegre. Inquieta… Graciosa…Como Mariana…
-Te quiero-le había dicho su esposa-Eres el mejor hombre del mundo. Me mimas demasiado.
-¡Mami, quiero un caramelo!-había intervenido Victoria-¡Necesito comer dulces! ¡Me gustan!
-Te lo daremos más tarde, cariño-había dicho Alejandro-No tenemos caramelos.
-¡Cómpralos!-había insistido Victoria-¡Cómpralos, Alex! ¡Porfa…! ¡Porfa…! ¡Quiero caramelos! ¡Muchos caramelos! ¡Y quiero subirme a los árboles! ¡Y saltar de rama en rama! ¡Quiero hacer muchas cosas esta tarde!
            Alejandro había suspirado con resignación. Le estaba costando trabajo negarse a los caprichos de Victoria.
            Le compró una bolsita de caramelos.
-La mimas demasiado-observó Mariana, de vuelta a casa-No sé si eso será bueno para ella.
-Tú también la misma demasiado-replicó Alejandro-No trates de negarlo. Entre los dos la tenemos muy consentida. Le compras todos los juguetes que te pide. La habitación de Victoria está llena de juguetes. Ositos de peluche…Muñecas…
-¡Gracias, Alex!-sonrió Victoria-¡Gracias! ¡Muchas gracias, Alex! ¡Eres muy bueno!
            Alejandro sonrió con timidez al oír el piropo que le había dicho Victoria y Mariana se colgó de su brazo. Se sentía una persona respetable cuando iba con él. Era rica y era respetable.
-¿Verdad que Alex es muy bueno, mami?-apostilló Victoria.
-¿Tú quieres mucho a Alex?-le preguntó Mariana a su hija.
-¡Mucho, mami!
-¿Lo quieres como un papá?
-¡Sí, mami!
-Me alegra saberlo, Vicky. Como ya sabes, tú no tienes papá. Y eso te convierte en una niña muy especial. Tienes que querer mucho a Alex. Algún día, él será tu papá. ¿Te gustaría que Alex fuese tu papá, Vicky? Seguirías siendo una niña muy especial. Pero tendrías un papá. ¿Qué te parece?
-¡Sí, mami! ¡Porfa! ¡Quiero tener un papá! ¡Todas mis amiguitas tienen un papá! ¡Y yo también quiero tener uno! ¡Porfa! ¡Porfa! ¡Quiero un papá! ¡Porfa, mami! ¡Quiero a Alex! ¡Quiero que Alex sea mi papá! ¿Lo será, mami? ¿Lo será? ¿Será Alex mi papá?
-Lo será. Algún día…Te pondrá sus apellidos. Serás su hija. Y todo será bonito. Maravilloso…Nadie se meterá contigo, Vicky. Mi niña…Y todo irá bien. Ya lo verás. Mi preciosa hija…Mi pequeña…Mi Vicky…
            Los recuerdos asaltaron la cabeza de Mariana.
            Había estado sola cuando nació Victoria.
            Estuvo sola mientras se recuperaba del difícil parto que a punto estuvo de costarle la vida. Victoria era lo mejor que le había pasado nunca a Mariana. Lo supo en el momento en el que la tuvo entre sus brazos. La quiso con toda su alma. 
            Pero estaba la ilegitimidad de la pequeña.
            Victoria había nacido bajo el estigma de ser la hija bastarda de Mariana. No sabía quién pudo ser su padre. Alejandro pensaba que había varios candidatos a ser los padres de Victoria. Mariana se había ido a la cama con muchos hombres. El último en caer en sus redes había sido él.
            Amaba con toda su alma a Mariana. Y adoraba a Victoria. Alejandro no tenía ninguna duda al respecto. Iba a reconocer a Victoria como hija suya.
            Sería su hija.
            Aquel día, al volver del paseo, Victoria vio a Penélope llenando la cara de Álvaro de besos y besándole con ardor en la boca y fue corriendo a contárselo a Mariana. En aquel momento, Victoria no reconoció a Álvaro.
-¡Mami, la tía Pe tiene novio!-afirmó la pequeña.
            Mariana no se lo creyó porque Penélope no se parecía en nada a ella.
            Le parecía una locura. Seguramente, Victoria se lo habría imaginado. La imaginación de la niña era muy abierta. Podía llegar a ser un tanto febril.
-Será algún amigo, cariño-le dijo a Victoria-Tu tía es aún muy joven para tener novio. No te preocupes. Será un amigo suyo.
-¡Pero no es su amigo, mami!-insistió Victoria-¡Es su novio! ¡Estaban haciendo cosas! ¡Los he visto, mami! ¡No estaba con un amigo! ¡Era su novio! ¡La tía Pe tiene novio y se van a casar! ¿Se va a casar la tía Pe, mami? ¿Tendrá bebés?
            Mariana no sabía qué decir.
            ¿Qué había visto Victoria?, se preguntó. Era obvio que había visto a Penélope en compañía de alguien.
            Mariana quedó algo mosca tras escuchar lo que le había contado Victoria.
            Su hija nunca mentía.
            ¿Penélope? ¿Su hermana? ¿Con novio?
            ¡No!
            ¡No podía ser! ¡Era imposible! ¿Penélope?
            Mariana se lo comentó a Alejandro. Él también se mostró escéptico. Incluso se echó a reír.
            Alejandro conocía bien a Penélope.
            O eso creía.
            Penélope no era tan ardiente como lo era Mariana.
            Después de todo, había cortejado a Penélope. Había pensado en casarse con ella.
            La había…
            ¿La había querido? No…No la había querido. Nunca había estado enamorado de ella. Era demasiado fría para su gusto.
            Mariana parecía estar inquieta. Penélope era muy joven para tener novio. Además, era el polo opuesto a ella. Intentó tranquilizarse. Quizás…Todo se tratase de un malentendido. Eso es…Sí…Penélope no era tan apasionada como lo era Mariana. No era ardiente. Ni fogosa. Ni impulsiva. No se parecía en nada a ella. Penélope no podía estar teniendo una aventura amorosa. ¡Era imposible!

domingo, 14 de septiembre de 2014

UNA ESCENA SUBIDA DE TONO ENTRE FREDDIE Y ESTELLE

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros esta escena que protagonizan Freddie y Estelle. Debió de haber pertenecido a mi novela Mía Stella, pero, al final, no aparece.
Es bastante subida de tono (aunque las escenas subidas de tono no son lo mío).
Aquí os la dejo para que opinéis qué os parece.

ESCENA ELIMINADA.
POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
GRACIAS.

                         

viernes, 12 de septiembre de 2014

CINCO HERMANAS

Hola a todos.
Hoy, me gustaría presentaros a cinco hermanas que van a dar de qué hablar, especialmente, la menor de todas ellas.
Estas cinco chicas viven en la isla de Agatti, en Kochi, en La India.
Su historia transcurre en la década de 1870 y tan sólo puedo decir de ellas que se apellidan Beckham.
Fiona, la mayor, regresa de Inglaterra después de la muerte de su prometido, un oficial inglés que falleció durante la cacería del zorro. Fiona está destrozada y no quiere volver a casarse.
Eileen es la segunda en edad. Destaca por su belleza.
La tercera en edad es Caitlin. Se niega a casarse. Es una joven que vive encerrada en sí misma. Sólo se relaciona con sus hermanas.
La cuarta en edad se llama Brighid, pero se la llama cariñosamente Bree. Es una joven a la que le apasiona leer. Es inteligente. Su carácter es tranquilo.
Y la menor de todas ellas se llama Claire y su segundo nombre es Hester. Ha vivido a la sombra de la gente que la rodea. Empezando por sus hermanas. Y terminando por sus primos. Claire es una muchacha inocente. Se siente feliz viviendo en Agattie. No le pide nada a la vida. Su carácter es dulce. Reúne en su persona las personalidades y caracteres de sus hermanas.
Y es Claire la protagonista de esta historia.
Como le ocurrió a su madre, la llegada del verdadero amor supone todo un huracán para Claire.
Pasión...Lujuria...Y, al igual que le pasó a su madre, se enamora de un hombre atormentado por sus propios demonios internos. ¿Quién será?
Os dejo con algunas fotos de cómo imagino yo a Claire y a alguna de sus hermanas.

 Caitlin Beckham.

 Eileen Beckham.

 Claire Hester Beckham.

martes, 2 de septiembre de 2014

LOS OJOS LLENOS DE LÁGRIMAS

Hola a todos.
He podido escribir un nuevo fragmento de mi relato Los ojos llenos de lágrimas. 
En esta ocasión, seremos testigos de un encuentro entre Marty y Emma en el saloon donde trabaja ella.

                             Las visitas de Marty eran lo único que alegraban a Emma.
                            En ocasiones, cuando entraban en la habitación de ella, Emma quería pensar que Marty no era un simple cliente más. Se sentaban en la cama y hablaban.
-¿No estás cansada de esta vida, Em?-le preguntó una noche Marty-¿No quieres hacer algo más con tu vida?
                               Emma no supo qué responder. Desde que fue usada y engañada, su vida había sido aquélla.
-No puedo hacer otra cosa que no sea esto-respondió finalmente-Soy una puta.
-Eres una mujer decente, Em-afirmó Marty.
                               Entonces, ocurrió algo imprevisto. Emma se ruborizó como una colegiala. No recordaba cuándo fue la última vez que se ruborizó. Creía que nunca se había ruborizado. Pero Marty había afirmado que era una mujer decente. Nadie había pensado nunca así de ella. Emma se sentía sucia por dentro.
                               Para Marty, Emma era una mujer muy hermosa. Pero también era una mujer que había sufrido mucho. Los dos tenían sus años y llevaban un gran peso sobre sus espaldas.
-Es la primera vez que alguien dice eso de mí-se sinceró Emma.
                               Se sentía cómoda cuando estaba con Marty. Por lo general, sus clientes le causaban repugnancia. Pero Marty no era como los hombres que frecuentaban el saloon. Se siente solo, pensó Emma.
                                En realidad, ella también se sentía sola.
-¿Nunca has pensado en casarte?-preguntó Marty.
-Ningún hombre querría casarse con una mujer como yo-respondió Emma con tristeza.
-Los hombres decentes buscan mujeres decentes, Em.
-Deberías de casarte con Peggy.
-No, gracias. Busco una esposa decente. No quiero una mujer que se pase el día despellejando a todo el pueblo.
                             Se echaron a reír. Marty era el único hombre que hacía reír a Emma.
                             Después, Marty la abrazó y la besó. Y cayeron sobre la cama.

jueves, 21 de agosto de 2014

LOS OJOS LLENOS DE LÁGRIMAS

Hola a todos.
No me he olvidado de este relato, de Los ojos llenos de lágrimas. 
De momento, no sé cuándo lo terminaré.
Pero confieso que me gustaría verlo terminado algún día.
Os dejo con este fragmento en el que Kimberly y Emma se encuentran y hablan.

                             Kimberly era la única mujer honorable en todo el pueblo que se relacionaba con Emma.
                             La mujer había oído hablar de Kimberly. A pesar de que trabajaba como maestra en la escuela del pueblo, los vecinos recelaban de ella. La reputación de Kimberly estaba por los suelos. Vivía con hombres. Pero nunca llegaba a casarse con ellos.
                             Sin embargo, Kimberly era la mujer más decente que Emma jamás había conocido.
                            Aquella tarde, Emma aceptó salir a dar un paseo con Kimberly.
                            Sus pasos las llevaron hasta la orilla del riachuelo. Kimberly se agachó a coger una piedrecita. El sonido suave del fluir del agua era relajante. Y el agua se veía limpia y cristalina. Yo también deseo ser como ese agua, pensó Emma con dolor.
-Lamento mucho lo que le ha pasado a Sophie-dijo Kimberly-Perder a un hijo es lo peor que le puede pasar a una mujer.
-Eire...-murmuró Emma-Sophie estaba dispuesta a criarla en el saloon. ¡Era su vida! Las otras chicas han perdido los niños que engendraban. Los mataban en cuanto nacían. ¡Es espantoso!
-No sigas hablando.
-¡No es vida para un niño!
                            Kimberly lanzó la piedrecita al riachuelo. Contempló cómo caía al agua.
                            Emma tenía razón. El saloon era un lugar espantoso donde criar a un hijo.
                            Pero tampoco era vida para una mujer. Sophie se estaba dejando morir. Ya estaba enferma cuando nació Eire. Pero su hija la había dado fuerzas para seguir luchando. Le había dado una razón para vivir. Emma notó cómo sus ojos se llenaban de lágrimas. También le estaban empezando a fallar las fuerzas a ella también.
-He oído que Marty viene mucho a verte-le comentó Kimberly.
-Es sólo un cliente más-replicó Emma.
-Es un buen hombre. Y tú eres una buena mujer. Los dos estáis muy solos.
-¿Qué quieres decir?
-Quiero decir que podrías casarte con Marty.
-Eso nunca pasará. Él nunca querría a una mujer como yo como esposa. Es un hombre decente y honrado. Merece una mujer decente y honrada. Y yo no soy ninguna de esas dos cosas.
                           Al terminar de hablar, Emma rompió a llorar.